jueves, 11 de abril de 2013

Una Rana Autentica (Inferencial)


La rana que quería ser una rana auténtica
Augusto Monterroso


Había una vez una rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad.
Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo.

En la Lectura inferencial el lector debe deducir:

  • Cuáles son los hechos que determinan esta actitud en el personaje.

     A. Porque quería ser una rana autentica
     B. Deseaba tener un poderoso ejercito
     C. Porque quería ser millonaria


  • Qué esperaba la Rana ser considerada por los demás.
     
       
      A. Una rana autentica
      B. Una rana muy grande
      C. Una rana amistosa

  • Quiénes eran los posibles admiradores de la Rana.

       
       A. Animales
       B. Personas
       C. Su familia


  • Si la Rana hubiera conseguido ser admirada por la gente qué hubiera ocurrido.


      A. No se la hubieran comido
      B. La habrian adoptado
      C. La habrian borado del lugar

No hay comentarios:

Publicar un comentario